Los incendios de Valencia están prácticamente controlados, más de 50.000 hectáreas quemadas, la vida de un piloto que participaba en las labores de extinción y multitud de casas perdidas por las llamas, este puede ser el balance final de estos cinco días de pesadilla. Ahora en todos los medios de comunicación se habla de la importancia de la prevención y de la necesidad de mantener nuestros bosques, nadie se acuerda de estos trabajos durante el resto del año, pero en verano estas palabras se repiten una y otra vez, dentro de dos días nadie se acordará de estos trabajos, pero cuando el bosque se vuelva a quemar escucharemos la misma cantinela.
Yo sigo a lo mío, estoy seguro que en este tipo de trabajos y en el aprovechamiento sostenible de nuestros bosques, esta es la clave para conseguir una eficaz protección contra el fuego. Podemos gastarnos millones de euros en hidroaviones, helicópteros y bombas autopropulsadas, pero con un simple caballo y una cuadrilla de peones podemos ahorrarnos ese dineral. Los bosques se seguirían quemando, pero los resultados no serían tan devastadores.
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